No - Ser


Todo el mundo toma lo bello por lo bello,




y por eso conocen qué es lo feo.




Todo el mundo toma el bien por el bien,




y por eso conocen qué es el mal.




Porque, el ser y el no-ser se engendran mutuamente.




Lo fácil y lo difícil se complementan.




Lo largo y lo corto se forman el uno de otro.




Lo alto y lo bajo se aproximan.




El sonido y el tono armonizan entre sí.




El antes y el después se suceden recíprocamente.

Autenticidad, Milarepa y el Maestro Falso





Lo real no es el sendero. Lo real es la autenticidad del buscador.

Esto es lo que se contaba de un gran místico, Milarepa:

Cuando fue a ver a su Maestro, en el Tíbet, era tan humilde, tan puro, tan auténtico, que los demás discípulos se sentían celosos de él. Estaba claro que él sería el sucesor. Y, como había fuertes rivalidades, trataron de matarlo.

Un día le dijeron: —Si realmente crees en el maestro, ¿por qué no saltas desde la colina? Si realmente crees, si tienes confianza, entonces no te puede pasar nada, no te harás daño. Y Milarepa saltó sin dudar un momento. Los demás corrieron... porque había casi mil metros hasta el fondo del valle. Corrieron a encontrar los huesos desparramados, pero él estaba allí sentado y feliz, tremendamente feliz. Abrió los ojos y dijo: —Tenéis razón, la confianza protege.

Pensaron que debía haber sido una casualidad; por eso, un día que una casa se había incendiado, le dijeron: —Si amas a tu maestro y confías en él, puedes entrar. Entró corriendo a la casa para salvar a una mujer y a un niño que aún quedaban dentro. El fuego era tan fuerte que los demás discípulos esperaban que muriera, pero cuando salió con la mujer y el niño en brazos no tenía ni una quemadura. Y estaba cada vez más radiante, porque la confianza...

Un día que se dirigían a alguna parte, tenían que cruzar un río y le dijeron: —No necesitas cruzar en el bote. Como tienes tanta confianza, puedes caminar sobre el río —y él caminó.

Ésa fue la primera vez que el maestro le vio. No sabía que le habían dicho que saltase al precipicio ni que entrara en la casa en llamas. Pero en aquella ocasión estaba en la orilla, vio a Milarepa caminar sobre el agua y le dijo: —¿Qué haces? ¡Es imposible!

—¡No es imposible, es absoluto! —dijo Milarepa— lo estoy haciendo gracias a su poder, señor.

El Maestro pensó: —Si mi nombre y mi poder pueden hacer esto en este hombre ignorante y estúpido... Yo mismo nunca lo he intentado. Entonces lo intentó. Y se ahogó. No se ha vuelto a oír nada de él desde entonces.

El Sendero del Mago



El mago vive en estado de conocimiento.

Este conocimiento dirige su propia satisfacción.

El campo de la consciencia se organiza alrededor de nuestras intenciones.

El conocimiento y la intención son fuerzas.

Aquello que tenemos intención de hacer modifica el campo a nuestro favor.

Las intenciones comprimidas en palabras encierran un poder mágico.

El mago no trata de resolver el misterio de la vida.

Está aquí para vivirla.





El joven Arturo tardó mucho tiempo en reconocer plenamente que había sido educado por un mago. Merlín lo había llevado al bosque a las pocas horas de nacido y sólo muchos años después, al regresar al mundo, comprendió la curiosidad que generaba su asociación con un mago.


- "Si realmente conociste a Merlín", le decía la gente (aquellos que se tomaban la molestia de pensar que el muchacho no estaba simplemente loco), "¿qué hechizos te enseñó?"


- "¿Hechizos?", preguntaba Arturo.


- "Encantamientos, conjuros, las palabras mágicas de las que Merlín obtiene su poder", decían, pensando que Arturo debía ser muy tonto o estar en algún estado de delirio.


- "Merlín, si me hablaba acerca de las palabras", decía Arturo lentamente, reflexionando sobre la pregunta. "Me decía que las palabras tienen poder, que cubren los secretos de la misma manera que las trampas cubren los pasadizos subterráneos."

Tal explicación sonaba muy bien, pero no bastaba para aplacar la curiosidad de la gente. Todos querían saber cómo funcionaban en realidad los hechizos de Merlín.


- "Bueno", contestaba Arturo, "cuando yo era un bebé, recuerdo que Merlín me dijo ‘Come’. Cuando fui un poco mayor, me dijo ‘Camina’, y si me quedaba despierto hasta muy tarde, me decía ‘Duerme’. Hasta donde sé, he venido comiendo, caminando y durmiendo desde entonces, de manera que esas palabras debieron ser conjuros muy poderosos, ¿no están de acuerdo?"

Nadie lo estaba. Todos se iban cavilando si ese muchacho estúpido adoptado por Sir Ector llegaría a ser alguien algún día.

Chopra

Despertar





El falso Yo como jaula espiritual.

El largo y duro rodeo del alma empieza en la niñez, cuando cerramos los enormes potenciales de nuestro ser y establecemos nuestra residencia en un diminuto piso de una sola habitación. Esta restringida habitación es nuestro ego o personalidad condicionada, que desarrollamos como estrategia para adaptamos a un mundo que no parece que apoye a quien realmente somos. Nuestra personalidad es un compuesto de varias identidades -creencias fijas sobre nosotros mismos- que nos protegen de los sentimientos amenazadores.


Como una manera de defendemos contra el miedo de no ser nadie, por ejemplo, podríamos tratar de vernos grandes y duros. Decimos a nosotros mismos «Este es quien soy: alguien que no tiene miedo, alguien que puede manejar cualquier cosa». Si no somos capaces de manejar nuestro dolor o nuestra tristeza, podríamos desarrollar la identidad de «una persona entusiasta y optimista», alguien que está por encima de tales sentimientos. O si nuestra necesidad de amor ha sido frustrada, podríamos construir una fachada que simule que no tenemos ninguna necesidad. Finalmente empezamos a creer que realmente no necesitamos amor. Y tales creencias crean una imagen distorsionada de la realidad: que es como un soñar despiertos o caer en un trance en el que llegamos a vivir. Emily Dickinson describe toda esta secuencia de acontecimientos en ocho precisos versos:

Existe un dolor tan completo

que se traga nuestro Ser.

Entonces cubre el abismo con un trance,

para que la memoria pueda pasear

alrededor, a través, sobre él,

como alguien que, aún desvanecido,

avanza imperturbable, cuando un ojo abierto

le haría caer hueso a hueso.




El abismo del que aquí habla se refiere a la sensación de vacío interior resultante de perder el contacto con nuestro ser. De niños, necesitamos cubrir este abismo mediante un trance -con creencias, imaginaciones e historias sobre quiénes somos- con el fin de distraemos de esta pérdida dolorosa, para que así nuestra mente pueda «pasear alrededor, a través, sobre él». Ese «alguien» que nos imaginamos que somos es un falso yo que nos proporciona una apariencia de seguridad y control («como alguien que, aun desvanecido, avanza imperturbable»), puesto que afrontar la pérdida de conexión con nuestro sería devastador («cuando un ojo abierto le haría caer hueso a hueso»). Así, al menos parte del tiempo, nuestro falso yo funciona como un capullo acogedor y cómodo donde, nos sentimos seguros.



Sin embargo, puesto que está fabricado con imágenes congeladas y distorsionadas de nosotros mismos, el falso yo es también una jaula espiritual, que nos impide saber quiénes somos realmente o vivir en libertad y expansión. Nuestra personalidad condicionada siempre contiene una sensación atormentada de deficiencia, una sensación de que de alguna manera hemos perdido el contacto con nuestra totalidad y profundidad, con el sentido y la magia de la vida.

John Welwood

Gracias Ambica ( Hermana del Alma )


Sentí penar al viento en tú mirada.

Escuché el amor encarcelado en tu garaganta.

Acaricié el miedo acurrucado en tu espalda.

Te miré tantas veces buscando embriagarme llenarme de tanta esencia dañada.

Navegé por tus poros , me llevaron las venas a tu alma,
a una cajita purpura oxidada que abrí despacito sin herir más esa morada.

Saltó pronta la alegría, le siguieron las risas las caricias , la esperanza.

Tembló tu cuerpo al recordarlo vivró la ilusión, la confianza.

Y ahora te miro en la distancia.

Te observo sin buscar ya nada , porque ahora me inunda la presencia de esa Diosa de luz que despertó del letargo de muchas vidas pasadas .

Te veo alejarte segura , sin volver atrás tu rostro.

Suspiras,
levantas la mirada al horizonte y gritas al mundo:

¡¡ SOY YO
SOLO SOY YO
Y AHORA SÉ LO QUE ES

ESTAR VIVA ¡¡

Para Shakti , alguien especial que despierta en mí la belleza ,
desde un rostro sincero.

Ambica

Naradeva Agosto 2008

"La Verdad ha de presentarse de tal manera, que
convenza sin atar y que atraiga aún sin convencer.
Esto sólo puede realizarlo el lenguaje del corazón."


Yo quería dedicar estas palabras , con mi corazón y mi alma, a Rodri y Sedemiuqse.
Grandes ALMAS

La Divinidad





Así como el aceite existe en la semilla de ajonjolí, la mantequilla en la leche, la fragancia en la flor, el dulce jugo en el fruto y el fuego en la madera, la Divinidad existe en el vasto universo. La Divinidad lo permea

y está presente en cada ser. El Divino poder interno es lo que hace posible que los ojos vean y que los oídos escuchen. La creación entera es expresión de la Voluntad de Dios, prakriti (la naturaleza) es una manifestación de la Divinidad Suprema (Paramatma). El hombre ha nacido para manifestar y reflejar la Divinidad. Todo lo que constituye la naturaleza refleja sus cualidades inherentes. El hombre también tiene que hacerlo; sin embargo, no refleja su cualidad humana innata.

La Divinidad está presente en el hombre como conciencia que es una chispa de la conciencia cósmica. La conciencia trasciende los cinco sentidos.

Mantram de Unificación





Los hijos de los hombres son uno y yo soy uno con ellos.
Trato de amar y no odiar;
Trato de servir y no exigir Servicio;
Trato de curar y no de herir.
Que el dolor traiga la debida recompensa de luz y amor.
Que el alma controle la forma externa,
La vida y todos los acontecimientos,
Y traigan a la luz el Amor que subyace en todo cuanto
ocurre en ésta época.

Que venga la visión y la percepción interna.
Que el porvenir quede revelado.
Que la unión interna sea demostrada.
Que cesen las divisiones externas.
Que prevalezca el amor.
Que todos los hombres amen.

Amar es Libertad








"Una vez un guerrero indígena muy respetado y la hija de una mujer que había sido matrona de la tribu, se enamoraron y se amaban profundamente, y habían pensado en casarse, para lo cual tenían el permiso del cacique de la tribu.


Pero antes de formalizar el casamiento fueron a ver al Brujo, un hombre muy sabio y muy poderoso, que tenía elixires, y conjuros, hierbas increíbles, para saber si los astros estaban a su favor, si los Dioses los iban a proteger.



El brujo, les dijo que ellos eran buenos muchachos, jóvenes y que no había ninguna razón para que los dioses se opongan. Entonces ellos le dijeron que querían hacer algún conjuro que les diera la formula para ser felices siempre...


El brujo les dijo:

-Bueno hay un conjuro que podemos hacer, pero no sé si están dispuestos porque es bastante trabajoso.

-Sí, claro, le dijeron.

Entonces el brujo le pidió al guerrero que: escale la montaña más alta, busque allí al halcón más vigoroso, el que vuele más alto, el que le parezca más fuerte, el que tenga el pico más afilado, y que vivo, se lo traiga.



Y el brujo le dijo a ella: a ti no te va a ser tan fácil, vas a tener que internarte en el monte, buscar el águila que te parezca que es la mejor cazadora, la que vuele más alto, la que sea más fuerte, la de mejor mirada, vas a tener que cazarla sola, sin que nadie te ayude y vas a tener que traerla viva aquí.

Cada uno salió a cumplir su tarea. Cuatro días después volvieron con el ave que se les había encomendado, y le preguntaron al brujo:

-¿Ahora qué hacemos?, ¿las cocinamos?, ¿las comemos?, ¿tomamos su sangre?, ¿qué hacemos con ellas?"


El brujo les dijo: Vamos a hacer el conjuro:

-¿Volaban alto?, preguntó.

-Sí, le dijeron.

-¿Eran fuertes sus alas, eran sanas, independientes?

-Sí, contestaron.

-Muy bien, dijo el brujo, ahora átenlas entre sí por las patas y suéltenlas para que vuelen"...

Entonces el águila y el halcón comenzaron a tropezarse, intentaron volar, pero lo único que lograban, era revolcarse en el piso, y se hacían daño mutuamente, hasta que empezaron a picotearse entre sí.

Entonces el brujo de la tribu les dijo:

-Este es el conjuro:

"Si ustedes quieren ser felices para siempre:
VUELEN INDEPENDIENTES Y JAMÁS SE ATEN EL UNO AL OTRO"...


Desconoco el Autor.


El verdadero AMOR es libre, sin exigencias ni ataduras.
Amar a cambio de...nada!
El amor atrae y produce alegría.
El Amor es la energía más alta del Universo.
Amar es tener todo para dar y nada que pedir.
Amar es estar unidos con el alma.Es por eso que los afectos que dependen de las formas físicas son transitorios.Para el verdadero amor no existe estatura, ni edad, ni apariencia, es un asunto de alma a alma, es amar la energía que emana del otro, porque esa energía es el resumen de todo lo que esa persona es internamente.Para esa clase de sentimiento no existen las distancias ni el tiempo. Las separaciones no duelen porque se aprende a disfrutar más allá de los cuerpos físicos...

La Gran Jerarquía


En décadas pasadas, era conocida sólo por unos pocos Iniciados, la existencia sutil de una Jerarquía de carácter Divino llamada Suddha Dharma Mandalam encargada del Gobierno Espiritual y Material del proceso del Mundo. Anteriormenteesta revelación que había permanecido oculta a los ojos del mundo por el paso del tiempo, emerge nuevamente y se le es comunicada su existencia a los reverenciados Maestros antes mencionados. Dicha Jerarquía está compuesta por seres de la más alta escala evolutiva humana, y tienen como propósito regir los destinos de la humanidad. Ellos representan los poderes o energías necesarias que impulsan el proceso evolutivo de todos los seres en sus aspectos de Creación, Preservación e Involución. Se le conoce como Videntes (Yoguis); Instructores Religiosos (Rishis); Sabios dotados con facultades espirituales (Siddhas) y Almas perfectas o Mahatmas. Se afirma que habitan en el lugar sagrado de Badarivana, en la región septentrional de los Montes Himalayas. Su modo de funcionar indica a los aspirantes a este Sendero la manera de obtener el contacto divino. Estos Jerarcas se constituyen en formas auspiciosas como objetivo de inspiración y medios de búsqueda del Poder Interno

Mandalam



“OM NAMAHA SRI PARAMA RISHIBHYO YOGUIBHIAHA ...

...SUBAMASTHU SARVA YAGATHAM”

“Invocando al Supremo Dios del universo y a los Grandes Rishis y Yoguis ... deseo con puro amor, que todos los seres sean eternamente felices” *

Quien con pureza de mente y sentimientos, analice estas palabras, reconocerá de inmediato, que las enseñanzas y el entrenamiento que brinda el Suddha Dharma Mandalam es superlativamente bueno para todos, sin distinción de raza, sexo, clase social, formación cultural ó académica, por la sencilla razón de estar dirigido desde el inicio, a orientar siempre al hombre hacia el aspecto más puro, trascendente y ¡Glorioso! que es: su propio espíritu dentro de su corazón .

Darse Cuenta


La libertad comienza cuando te das cuenta

de que no eres «el pensador».

En el momento en que empiezas a observar al pensador,

se activa un nivel de conciencia superior.

Entonces te das cuenta de que hay un vasto reino

de inteligencia más allá del pensamiento,

y de que el pensamiento

sólo es una pequeña parte de esa inteligencia.

También te das cuenta de que todas las cosas

verdaderamente importantes

—la belleza, el amor, la creatividad,

la alegría, la paz interna—

surgen de más allá de la mente.

Empiezas a despertar.

Eckhart Tolle

Yoga: un camino hacia ti mismo








"El camino de miles de kilómetros comienza con un solo paso"
Proverbio chino



Un paso hacia ti mismo y por ti mismo. En la dirección que marca tu propia brújula. Sin que nadie piense por ti. Sin que nadie decida por ti. Sin que nadie viva por ti. Un solitario y pequeño paso que te conducirá por la más increíble de las sendas, hacia la aventura más sorprendente: el conocimiento de tu cuerpo, el control de tu mente, el reencuentro con tu alma.

Se ha hablado mucho del yoga. Se barajan nombres exóticos que lo hacen atractivo pero que, al mismo tiempo, poca gente comprende: hatha, sivananda, iyengar, kundalini... Se mencionan diferentes tipos de yoga, de asanas o posturas, de pranayama o respiración, de meditación. Y las personas que se sienten interesadas, muchas veces se desaniman al no saber por dónde empezar. Existen, además, miedos causados por el desconocimiento: hay quien opina que "te comen el coco" o que podría "ser una secta"... Nada más lejos de la realidad. Yoga significa "unión". Una unión, podríamos llamar, espiritual. Se trata de la reunificación del cuerpo, la mente y el alma.

Mucha gente duerme la vida, sin llegar siquiera a sentirla: "... así hacen, viven y actúan un día y otro, a todas horas, la mayor parte de los hombres; a la fuerza y sin quererlo, hacen visitas, sostienen una conversación, están horas enteras sentados en sus negociados y oficinas, todo a la fuerza, mecánicamente, sin apetecerlo: todo podría ser realizado lo mismo por máquinas o dejar de realizarse. Y esta mecánica eternamente ininterrumpida es lo que les impide, igual que a mí, ejercer la crítica sobre la propia vida, reconocer y sentir su estupidez y ligereza, su insignificancia horrorosamente ridícula, su tristeza y su irremediable vanidad." (1)

Sin embargo, existe otro tipo de persona: el ser humano consciente que camina, busca, se pregunta, indaga. Llega un momento en la vida en que esa persona se para y comienza a escuchar. Primero se asusta, porque oye mucho ruido. Pero después, poco a poco, aprende a diseccionar cuidadosamente los sonidos como si estuviera realizando con ellos un laborioso análisis microscópico. Entonces, un día, sonríe. Y la sonrisa es profunda, porque proviene del centro de su alma. Y la sonrisa es eterna, porque comprende que ha empezado a escuchar los latidos de su propio corazón.

En ese día, esa persona concreta habrá dado un primer gran paso hacia sí misma, el único movimiento que tiene sentido. Se inicia aquí el camino. A partir de ahora, tendrá que elegir entre las múltiples sendas que conducen a la meta y se verá obligada a avanzar, paso a paso, a través de escarpados acantilados, hermosos jardines o tempestuosos mares. Todo viaje es un viaje iniciático y eso implica superar pruebas, vencer dragones y liberar princesas pero, tal como dice Kavafis, solamente hallará en su ruta aquello que lleve dentro de su alma ("A Lestrigones y a Cíclopes, ni al fiero Poseidón hallarás nunca, si no los llevas dentro de tu alma, si no es tu alma quien ante ti los pone." ) (2)

Todos tenemos un camino por andar, unas lecciones que aprender y un alma que reencontrar. El compromiso contigo mismo y con tu vida puede dar sentido a esa llamada que, desde el centro de tu pecho, tantas veces te ha angustiado sin que comprendieras por qué, de qué se trataba o qué te estaba pasando.

Una vez has decidido que deseas empezar a caminar tienes que elegir, cuidadosamente, el sendero. El yoga es una de las opciones posibles. La mayoría de las escuelas ofrecen una clase de prueba gratuita y es interesante tantear algunas de las diferentes alternativas puesto que cada persona es única, tiene unas necesidades, expectativas o ilusiones singulares y sabe, en el fondo uno siempre sabe, qué es lo que más le conviene.

Hay profesores que ofrecen clases intensas en las que se trabaja concienzudamente cada postura para lograr la perfección de la misma; otros maestros combinan las asanas o posturas con la meditación, la relajación y los ejercicios de respiración o pranayama; los hay, también, que ensayan cánticos concretos para despertar sensaciones; incluso los que realizan un yoga dinámico que enlaza series de asanas con el fin de agilizar y fortalecer los músculos.

Pero, al final, si buscas, encuentras. El mejor consejo es que no te detengas hasta dar con la práctica que se adapta a tu cuerpo, a tu mente, a tu alma. Porque esa será la que abrirá la puerta de tu camino. Porque esa te permitirá ser constante, condición fundamental si realmente se quiere avanzar por ese sendero. Y, ¿cómo sabes que la has encontrado? Sencillamente, lo sabes. Porque, de pronto, te encuentras experimentando un bienestar antes desconocido. Porque, sin venir a cuento, sonríes. Porque te levantas por la mañana dispuesto a tener un gran día. Porque sabes descubrir la fuerza para enfrentarte a los problemas. Porque tienes un centro. Porque aprendes que eres luz y que, como tal, puedes resplandecer.

Sin embargo, todas estas perspectivas pueden llevar a engaño. El yoga no es una varita mágica que convierte las penas en alegrías, lo negro en blanco, las lágrimas en sonrisas. Es, más bien, un trabajo diario en el que el "sadhaka"(3) tendrá que comenzar a escuchar su alma. Empezará a ver cuáles son las cadenas que le atan, cuáles los impedimentos con los que su propio cuerpo o su propia mente obstaculizan la conquista de la felicidad. El practicante de yoga empezará a darse cuenta de que su ego lo tiene esclavizado, que es prisionero de sus pasiones ("Dame a un hombre que no sea esclavo de sus pasiones y yo le colocaré en el centro de mi corazón: sí, en el corazón de mi corazón..." ) (4). Este es el primer paso de un largo y duro camino. Porque, a partir de aquí, esa persona ya no puede hacer otra cosa que comprometerse. Y es un compromiso importante, tal vez el más importante de su vida, puesto que implica ser fiel a si misma, al más profundo anhelo de su alma. Y es un compromiso que no tiene vuelta atrás porque, si abandonas, si desfacelles y caes, tu vida nunca volverá a ser como antes. Es duro pero gratificante. Tu cuerpo se vuelve más flexible. Tu mente se serena. Tu vida se pacifica. Tu corazón se calma. Es duro. Requiere sinceridad. Requiere autoanálisis. Requiere trabajo diario. Requiere paciencia y constancia. Sin embargo, has vislumbrado tu luz, te sabes hermano de las estrellas, ¿cómo podrías, pues, dejar de resplandecer?





NOTAS:
(1) Hesse, Hermann: El lobo estepario, Alianza editorial, Madrid, 1984
(2) Kavafis, Konstantino: Itaca, en "Poesías completas", Hiperión, Madrid, 1997
(3) Sadhaka: la persona que sigue la disciplina yóguica.
(4) Shakespeare, William: Hamlet, Salvat, Barcelona, 1969

Elena Allmiral Arnal

Honestidad



Si bien la rectitud es una actitud hacia los demás, la honestidad es hacia uno mismo. Hay que vivir desde la propia verdad, sin traicionarte continuamente. Y es que si te autoengañas no podrás ver nunca claro, siempre evitarás un dolor básico que no quieres enfrentar, y ese rodeo significa entrar en la mentira. La honestidad te hace libre pero la mentira te aprisiona porque gastas mucha energía psíquica para sostenerla, para que todo cuadre, para que no se desmonte el montaje que has hecho de tu vida. Tu propia verdad no es la verdad que tu quieres que sea, no es la verdad que te autoimpones, no es la verdad del maestro, es tu propio proceso, tu propia dinámica, tu sesgo mental, cómo vives, cómo sientes. Entonces es cuando es necesario ser coherente con la propia vida para que no haya un escisión patológica. Hablar de cosas bonitas y trascendentes cuando nuestra vida es un desastre.

Raja Yoga



RAJA YOGA.

Este es el camino que utiliza todo el potencial mental para llegar a la iluminación. Este es quizás el Yoga que integra todos los caminos yóguicos, ya que es la vía que da las pautas de práctica y autodisciplina para llegar al estado de unión con lo Absoluto. Es el camino conocido como el de las ocho etapas:


Yama o normas de autodisciplina: Ahimsa (no-violencia), Satya (verdad), Asteya (no robar), Brahmacharya (castidad o pureza) y Aparigraha (ausencia de codicia).

Niyama o normas religiosas: Saucha (pureza interna o externa), Santosha (autocontentamiento), Tapas (austeridad), Swadhyaya (estudio de los textos sagrados), Ishvara Pranidhana (entrega a Dios).

Asana (sentarse con una postura firme y estable).

Pranayama (asimilación de la energía cósmica “Prana” mediante diferentes técnicas de respiración).

Prathyahara (total abstracción de los objetos de los sentidos).

Dharana (concentración o unidirección de la mente).

Dhyana (meditación, cuando la mente se sumerge y descansa de forma natural en el objeto de concentración).

Samadhi (estado de iluminación, no se puede definir con palabras. Para tener una idea podríamos decir que es el estado en que la mente toma de una manera natural la forma del objeto de concentración y el yogui es uno con él, es decir, la unión con Dios, lo cual es el verdadero significado del Yoga).

El principal fundamento del Raja Yoga o del Yoga en sí mismo se encuentra en los Yoga Sutras, texto escrito por el antiguo sabio Patánjali que describe el Yoga de esta forma: Yogas chitta vritti nirodah. “El Yoga es la completa ausencia del movimiento de la mente”

En realidad, aunque se utilice toda la capacidad de la mente, el Yoga la trasciende. Sólo una mente serena y quieta puede reflejar la naturaleza de lo Absoluto. En este estado de profunda quietud se disuelven todos los conocimientos para dar paso al más alto de los conocimientos: El Autoconocimiento. Este es el estado real del Yoga. De hecho, aquello que llamamos yoga en el contexto hindú, no es distinto del estado místico de Santa Teresa de Jesús o de San Juan de la Cruz en otros contextos, por citar algunos ejemplos.

Om Shanti